No recuerdo cuándo fue la última vez que vi un video de PewDiePie; es más, es posible que no haya visto más de 3 en toda la vida, pero hace unos días apareció en mi feed de YouTube un video suyo en el que explicaba que estaba harto de Google. No pude evitar pensar que, finalmente, Felix (como le pusieron sus padres) había perdido la batalla y que había sucumbido ante los encantos del self-hosting dado que ya se sabía que andaba en más que coqueteos con el mundo de Linux durante los últimos meses.
Era cierto, el sueco, intentó reemplazar cada servicio de Google que usara por uno de código abierto y gratuito. Más de una vez, la única (o la mejor) opción lo obligaban a instalar software localmente y administrarlo él mismo con todas las ventajas y desventajas que eso conlleva, convirtiéndolo a él mismo en su propio sysadmin personal.
No podía dejar de sonreír durante todo el video mientras trataba de adivinar con qué alternativa libre reemplazaría a cada aplicación de Google, fue divertido de una forma muy nerd. Pero lo que más me embargó durante la duración del video fue una sensación de What the fuck?, no entendía muy bien, a pesar de estarlo disfrutando, por qué un grande de internet estaba en estos asuntos.
El inicio del descenso de PewDiePie hacia la locura. Bienvenido al club.
By the way, la intro del video es la versión instrumental de Moon Men de Jake Chudnow, popularizada por el genial Michael Stevens en el canal educativo Vsauce
Es difícil saber si esto hará que 2025 sea el año de Linux en el escritorio, no lo fue cuando Valve presentó la Steam Deck y probablemente nunca lo sea, pero es reconfortante saber que alguien con tanto alcance se ha vuelto un aliado de forma tan natural. Y cuando hablo del alcance no ignoro a canales tan grandes como Linus Tech Tips que llegan a millones de personas todos los días, si no que gente como PewDiePie no sólo tiene 5 veces más personas viendo sus videos constantemente, si no que es gente que no está particularmente metida en estos temas, lo cual lo vuelve algo más raro y esperanzador, es como si Taylor Swift se volviera activista ambiental. Wait, no, no es tan malo.
¿Por qué es importante?
No es mi intención disfrazarme de activista de balcón cuyo intento de carrera pseudopolítica dura lo que demora una persona en terminar de leer este artículo, pero siempre me interesó la tecnología y, más recientemente, los servidores y la administración de sistemas desde que descubrí Plex en 2014 y eso me ha traído consecuencias.
Por ese entonces, no tenía idea de lo que significaba auto alojar servicios localmente pero mis ganas de ver películas que no encontraba en Netflix (prácticamente el único servicio de películas on-demand que se usaba por estos lares en aquella época) hicieron que me metiera en ese rabbit hole. Pronto fue evidente que no podía simplemente tener Plex instalado en la única computadora de escritorio del hogar si quería ver películas en mi teléfono o en el televisor, así que necesitaba un servidor que estuviera prendido a toda hora, o lo más que se pueda, para tener un servicio mínimamente decente en una cantidad mayor de dispositivos.
Poco después descubrí que podía instalar Home Assistant en una Raspberry Pi 3B+ que tenía sin usar por ahí y así dar mis primeros pasos en cuanto a automatización y domótica, así conocí uno de los pasatiempos en los que más tiempo he invertido y que más satisfacciones me ha dado también.

No es casualidad, entonces, que más de 10 años después, mi visión de ciertas cosas haya sido moldeada por este tipo de actividades. Cuestiones como la privacidad, seguridad, posesión de lo adquirido, apertura de código e intercambio de conocimiento tienen peso en mi toma de decisiones digitales, si cabe el término. Obviamente, no estoy en contra de productos bajo licencias restrictivas o la monetización del trabajo, no propongo un movimiento anárquico, una rebelión o sabotaje, no soy Tyler Durden, no quiero que caigan Google y Microsoft, también uso Windows o algún producto de Apple, pero me parece que un poquito más de control de la gente sobre el software que usa y la información que expone a diario no vendría nada mal y lo que ha hecho PewDiePie, quizás sin ser demasiado consciente, es acercar —mínimamente— a mucha gente a estas ideas.
Es tremendamente difícil convencer a las masas de sacrificar un poco de la conveniencia que representa usar servicios totalmente controlados por grandes empresas en favor de un poco de autonomía, ¿de qué podría quejarme si yo mismo no puedo dejar de usar X, YouTube o iOS?. No es realista esperar que más de 700 millones de usuarios de Dropbox compren una decena de discos duros y empiecen a usar TrueNAS de la noche a la mañana, o que tres cuartas partes del mundo cambien de Windows a alguna rara, rarísima distribución de Linux.
¿Por qué lo harían? No quiero decirle a nadie lo que tiene que haver. La verdad es que para la gran mayoría de nosotros no tiene mucho sentido y estoy de acuerdo. Es poco productivo cambiar lo que funciona, tan bien. Toma demasiado tiempo y muchas veces no funciona como debería, cuesta mucho, trae frustraciones y puede llegar a ser incluso más peligroso e inseguro que subir todas tus fotos a Google Photos si no se tiene cuidado. Yo ni siquiera entré por ideales de privacidad o libertad, sólo tuve curiosidad y me dejé llevar, sentimiento que espero videos como el de arriba generen en alguien en algún momento.
Sólo quería decir que me pone contento. Ya debería dejar de escribir tan solemnemente.
¡No tan rápido, Felix!
Todo muy bonito pero estás publicando un video sobre deGoogleización en YouTube. ¡En YouTube!
¿y cuál es el problema? Bueno, al señor YouTube no le gustan estas cosas porque podrían representar “Contenido peligroso o dañino”.
Hace unas semanas, el también YouTuber Jeff Geerling, recibió más que una advertencia por parte del gigante rojito y un video suyo enseñando cómo consumir contenido (películas, series o música en este caso) de forma local, legal y sin pagar suscripciones fue removido de la plataforma porque, aparentemente, “Contenido que describe cómo obtener acceso no autorizado o gratuito a contenido audiovisual que usualmente require un pago no está permitido en YouTube”.
Geerling en ningún momento publicó un tutorial sobre cómo obtener y ver Desperate Housewives o el último disco de Lisa de forma gratuita; es más, nunca ha sido defensor de la piratería, pero YouTube lo eliminó automáticamente de todas formas y hasta ahora el motivo es incierto. Es posible que el algoritmo de identificación de contenido no deseado haya relacionado algunos términos usados en el video con palabras que se suelen usar en videos donde sí se promueve la piratería, pero son sólo conjeturas.
El video ha sido repuesto después de una revisión manual pero el mal momento y sobretodo, la preocupación de que los términos y condiciones del sitio pueden ser aplicados de forma totalmente arbitraria, quedan.
El video de Geerling previamente eliminado por YouTube
Por supuesto, Felix no ha publicado ese tipo específico de contenido aún y, de llegar a darse el mismo escenario, tiene una voz lo suficientemente fuerte como para reclamar y ser oído al instante, pero quizás sería mejor que ande con un poquito de cuidado en estas nuevas aguas, sólo un poquito. Quizás a papá YouTube no le excita que se hable de estas cosas, precisamente.
Por último, un saludo
No sé cuál será la motivación detrás de esta especie de cambio de carrera pero me agrada. Aunque siempre supe de su existencia nunca fui un seguidor suyo pero si empieza a publicar más videos de este estilo, quizás se vuelva un creador de contenido al que deba prestarle atención.
Sólo sé que el tipo dedicó gran parte de su vida a lo que le gustaba, fue, literalmente, el más exitoso en su campo, hizo quién sabe cuánto dinero y ahora, semijubilado, se ha mudado a Japón con su familia, vive tranquilo, trabaja por gusto y se divierte aprendiendo y experimentando con cosas en las que, quizás, siempre estuvo interesado.
Si la vida es un juego, PewDiePie terminó la misión principal en la mitad del tiempo y con todas las habilidades al tope y ahora se dedica a las misiones secundarias por diversión. Él ya ganó, qué envidia.